Iván Jaime Uranga Favela
Tengo una familia de 5 hijos, de pequeños todos muy
respetuosos y obedientes, pero los eduque para que tuvieran sus propios
criterios, para que pensaran por sí mismos, para tomar decisiones y
naturalmente, hoy, cada uno de ellos defiende sus propias convicciones. Estudió
la carrera que quiso, se enoje quien se enoje y para ponernos de acuerdo, se
discute bastante. ¿Es malo, es bueno? Depende el punto de vista que tenga uno
como padre, a mi me gusta. La fortaleza de la familia descansa en que todos los
problemas que enfrentamos se abordan desde múltiples puntos de vista, los
consensos no son fáciles, pero es común tener éxito.
En la teoría de la conspiración, los padres, hijos y
nietos, por reducir el problema a lo mínimo, son clones, todos son iguales y
piensan igual, mientras el desarrollo histórico se detiene, es decir, las
condiciones sociales-económicas-políticas siguen siendo iguales. Los ganadores
siempre ganan y los perdedores siempre pierden. Esto es ciencia social chafa.
Supongamos que sólo 8 familias Omecafi son las dueñas
de todas las empresas multinacionales de EEUU. La mayoría de ellas hace negocio
en más de 180 países, prácticamente en todos los idiomas, bajo las leyes
particulares de cada país, las prácticas corruptas y mafiosas de las bandas
delincuenciales de cada país. Traficantes de influencias y delincuentes de
cuello blanco buscando maneras de obtener una tajada del negocio de la
multinacional para ellos.
¿Les parece sensato y humanamente posible que esas
ocho familias tengan el control total de la operación de todas las
multinacionales de EEUU? En lo particular, por mi experiencia con mi propia
familia, con sólo cinco solistas que no puedo controlar, me parece que sería
demente pensar que esas ocho familias tengan el control absoluto de las
multinacionales.
Pero no debemos pasar por alto que las acciones de las
multinacionales, es decir, su patrimonio, se negocia todos los días en los
pisos de remate de las bolsas de valores, y las malas decisiones,
administrativo-financiero-políticas, se pagan con pérdidas millonarias de
patrimonio en unas cuantas horas. A contracorriente de la ciencia social chafa,
la oligarquía mafiosa especuladora canalla financiera internacional (Omecafi),
también, está atrapada por el sistema perverso de la especulación y la usura.
Eso la obliga a gastar grandes sumas de recursos económicos en protegerse del
riesgo.
Si
deseamos hacer ciencia social, tenemos que observar la realidad y darnos cuenta
que el sistema mundo es de gran complejidad, y que, no se puede construir
ciencia sin aprender a leer la realidad.
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