Iván Jaime Uranga Favela
En la historia el primer vehículo de trasporte con
ruedas se llamó carreta, el día de hoy la rueda sigue cumpliendo similar
propósito, lograr que un vehículo de pasajeros o de carga se deslice con menor fricción
sobre un camino o vía, pero la mayoría de vehículos ya no se llaman carretas,
por sólo citar unos cuantos ejemplos, se llaman: tren, automóvil, patines, patinetas,
tractores, camiones, bicicleta, etcétera. Todos los vehículos siguen moviéndose
sobre ruedas, la rueda forma parte de su esencia, pero sería un despropósito no
distinguir que los vehículos modernos ya no son carretas, por más parecido que
tengan con ellas y sobre todo por el hecho de tener ruedas.
En la transferencia de bienes y mercancías se ha usado
la mercancía universal oro como medio de intercambio, desde hace siglos, eventualmente
han existido personas o Estados-nación que lo atesoran, se puede afirmar que
quién lo atesora, cuenta con un capital para intercambiarlo por infinidad de
mercancías. El imperio Vaticano, un estado reconocido en la historia como
feudal contó con grandes bodegas de oro. ¡Y, no era capitalista!
No fue hasta que una clase social muy despierta
aprovecho la 1ª Revolución industrial con su desarrollo de los medios de
producción y relaciones de producción, que se estableció el sistema capitalista
que dominó a las demás clases sociales del planeta. El capital es en la
economía capitalista, como la rueda a la carreta. Es la mercancía que se puede
intercambiar por todas las demás mercancías en el mercado, incluyendo la fuerza
de trabajo.
Los neo-marxistas, aunque ya no son primitivos, han
dado al capital cualidades de fetiche, lo han considerado la esencia del
capitalismo y, afirman, que mientras exista capital habrá capitalismo. Engañan
y viven el autoengaño. Aunque se autoproclamen no son marxistas. Son filósofos
subjetivos del fin de la historia.
Dos revoluciones industriales posteriores al sistema
capitalista han impuesto sistemas de dominio sobre las sociedades del mundo, a
saber, el sistema imperialista-socialista y la Omecafi. Porque son el
desarrollo de los medios de producción y las relaciones de producción las que
determinan el sistema social, que invariablemente lleva el nombre de la clase
social dominante.
Sería torpe llamarle al tren: carreta que avanza
despiadada sobre rieles; el imperio de las ruedas endemoniadas que giran
devorando la distancia. Pero si se admite, por cierto por intelectuales muy
despiertos, llamarle al sistema actual: capitalismo despiadado e incluso,
denominarlo con el nombre de una doctrina falaz, capitalismo neoliberal.
Se dice: “Mientras
exista capital, habrá capitalismo”. Entonces, mientras existan vehículos
con ruedas se llamarán carretas.
Intelectuales despiertos, por si no se han dado
cuenta, la mercancía que se intercambia con todas las mercancías, el dinero,
desde 1971 ya no está soportada por el patrón oro, es una moderna moneda
fiduciaria, soportada por deuda y, la clase social que domina, lo hace por
deuda y especulación ¡con la deuda! Grecia, por ejemplo.
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